Si eres hombre seguramente más de una vez te has preguntado ¿por qué tengo pezones? o ¿qué utilidad prestan si no voy a amamantar?. Y es que esta es una de las grandes interrogantes de la anatomía masculina y la ciencia tiene una respuesta para ella.
Durante las primeras semanas el embrión se desarrolla siguiendo un «patrón femenino», es decir, fuimos mujeres durante los primeros días desde la fecundación.
Este proceso cambia después de unos 60 días cuando la hormona testosterona entra en juego y comienza a definirnos como varones, gracias a nuestro cromosoma Y, cambiando la actividad genética de las células en los genitales y en el cerebro.
Pero durante este proceso los pezones ya se encuentran y no sufren un cambio. Así entonces, quizá una mejor pregunta sería ¿por qué los pezones masculinos vienen equipados con nervios y vasos sanguíneos?
Si bien es cierto que en muchos mamíferos machos la formación del pezón se atrofia por la aparición de las hormonas, no sucede así en los seres humanos. Y no hay claridad científica para explicarlo, tampoco se puede saber si el hombre prehistórico era capaz de amamantar a sus crías.
De cualquier manera, los estudios sugieren que al ser inofensivos (los pezones), no han sido eliminado por proceso natural.